La página web de nuestra empresa es la mejor tarjeta de presentación al mundo que tenemos, algunas son solo presenciales, otras son un canal más de venta para nuestro negocio, o incluso el único. Pero claro, esa exposición pública y universal tiene sus riesgos, y es que, si nuestro negocio funciona, lo más probable es que terminen copiándonos. Y en ese caso…, ¿cómo podemos defendernos?
Debemos saber que el derecho protege los distintos elementos que contiene un sitio web a través de lo que se denomina como propiedad industrial e intelectual. Así, el propio diseño de la web, el contenido, la marca, el nombre comercial, el dominio, las imágenes, los nombres de los productos, etc. O incluso el código fuente puede ampararse en la legislación sobre secreto comercial.
Propiedad intelectual
Cuando hablamos de propiedad intelectual, aquella que sale del intelecto del autor, tiene protección “per se”, es decir, sin necesidad de hacer nada, si bien es recomendable usar las distintas plataformas de registro para proteger la autoría, desde las oficiales que ponen las Administraciones Públicas a nuestro servicio, como las no privadas, mucho más ágiles y rápidas.
En el caso de la propiedad industrial, y más concreto en el caso de las marcas comerciales, hay que registrarla desde el minuto uno, ya que aquí, el primero que lo haga se lo lleva. Lo ideal es que la marca coincida con el nombre de dominio, por lo que habrá que buscar primero este para ver que no está cogido, sino lo único que traerá son dolores de cabeza.
Aviso legal
Es el aviso legal de la página web, el sitio donde hacer constar la propiedad industrial e intelectual sobre el contenido del sitio, así como todos aquellos descargos que queramos realizar, pero también se puede dejar constancia a lo largo del website, recordando los derechos exclusivos. Cierto es que los avisos legales no evitan demandas judiciales, pero al menos haremos verdad al refrán de quien avisa no es traidor.
Cuando acudimos a un tercero que nos haga la web, debemos tener en cuenta que, si no acordamos lo contrario, el titular de los derechos será ese tercero u otros sobre el diseño, texto, fotografías, etc.
Sin embargo, si la página web es realizada por los propios empleados de la empresa, los derechos de autor recaerá en la empresa, salvo que se diga lo contrario.
Y si queremos utilizar lo realizado por otro, podemos hacerlo, pero previamente debemos antes obtener su consentimiento, y aceptar un plausible no como respuesta. La mayoría de los internautas creen que por el hecho de encontrarlo en Internet, es público, es decir, que es de todos. Graso error.
Por último, debemos tener en cuenta también dos normativas fundamentales: la de comercio electrónico y la de protección de datos personales, pero eso da para algún que otro post más.
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